El inicio de las clases no sólo fue abrupto e inesperado, sino que también fue caótico. Sobre todo para las familias que esperaban que el período lectivo se iniciara el primer día hábil de la semana, es decir el lunes 5, en vista de que las negociaciones salariales del Gobierno con los gremios docentes se extendieron más de la cuenta. Esto provocó que las escuelas se quedaran a medias en su etapa de aprestamiento: la gran mayoría recibió el dinero destinado a cubrir trabajos básicos de acondicionamiento escolar, a principios de esta semana.

Además, la tormenta del miércoles a la noche, agregó otro aditamento sorpresivo, sobre todo en barrios periféricos de la capital y en establecimientos ubicados en el interior de la provincia, donde el agua caída inundó caminos y accesos a las escuelas, motivo por el cual la asistencia de alumnos fue mínima. Tal es el caso de la Escuela Amado Nicomedes Juri, ubicada en Marina Alfaro al 3.100, en el barrio Alejandro Heredia. En esa zona muchos docentes y la mayoría de los alumnos no pudieron asistir al primer día de clases. Un enorme pozo de agua y barro se formó sobre la avenida Democracia y Marina Alfaro, arteria que conduce directamente a la escuela. "Fue lamentable, porque muchísimos chicos se quedaron detrás del cráter de agua sin poder cruzar. Tuvimos el acto de apertura a las 9 y luego intentamos dar clases, pero fue muy poca la asistencia de los chicos", dijeron los docentes. Los padres pidieron que nivelen las calles o que se haga un enripiado. "También reclamamos vigilancia, pues los chicos y los docentes son víctimas constantes de robo", dijo una de las madres que se comunicó con LA GACETA.

Escuela en construcción
En la capital, los alumnos de la Escuela Patricias Argentinas tuvieron que volverse a sus casas porque el local está en plena construcción.

"Es imposible iniciar las clases en medio de escombros y albañiles", dijeron molestos. "Es una falta de respeto a todos por tratar de obedecer las órdenes del Ministerio de Educación sin tomar en cuenta el estado caótico del establecimiento", dijo una de las madres.

En otros locales, la tarea de pintura de aulas no había terminado por lo que tampoco se pudo dictar clases. Hubo otros casos en que los padres se dieron con la novedad de que los grados de sus hijos ya no funcionaban por la mañana, sino que tenían que mandarlos a clases en el turno tarde. En la Escuela 44 "Provincia de Neuquén", de San Pedro de Colalao, que está cumpliendo 100 años, redujeron aulas de la primaria para dárselas a la secundaria, contó el papá Mauricio Quiroga. Además hay sobrecarga de tensión en la red eléctrica y pérdida de gas en la cocina sin reparar desde el año pasado", denunció el docente Luis Andrada.